En 1994, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 17 de junio como «Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía» en conmemoración al día en el que se aprobó la Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la desertificación. Esta jornada tiene como fin concientizar a las personas sobre este problema que afecta a las personas y a la biodiversidad de nuestro planeta.
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La desertificación es un proceso en el cual el suelo fértil y productivo pierde el potencial de producción debido a la degradación ecológica. Esto ocurre debido a la destrucción de la cubierta vegetal del suelo, la erosión y la falta de humedad. El mismo se debe a diversas actividades humanas como el cultivo, la deforestación y el pastoreo.
Por su parte, la sequía es una falta de agua transitoria, faltando el líquido necesario para las plantas, animales y seres humanos. Cabe señalar que si bien las sequías pueden tener causas naturales, muchas de ellas son causadas por el cambio climático que produce la contaminación y el uso excesivo de las tierras para el cultivo y el pastoreo, así como también la deforestación.
Actualmente, la desertificación afecta a más de 110 países del mundo, y cada año 6 millones de hectáreas de tierra productiva se pierden a causa de las sequías.
Para combatir con la desertificación y las sequías producidas por la actividad humana que genera pérdida de biodiversidad, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 17 de junio como «Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía», invitando a los países miembros a que sensibilicen a la población respecto a la necesidad de cooperar en el plano internacional para mejorar la ecología de la Tierra.
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