El 21 de junio de 2012, la Cámara de Diputados de Paraguay aprobó el juicio político contra el presidente Fernando Lugo tras los sucesos de la finca Campos Morombi de Curuguaty. El 22 de junio, el mandatario fue removido de su cargo y tanto éste como un gran grupo de personas ven el hecho como un «Golpe de Estado». Por su parte, Cristina Fernández de Kirchner dispuso retirar su embajador en Asunción.
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En la madrugada de este domingo 24 de junio, Fernando Lugo, presidente destituido de Paraguay, calificó el juicio político en su contra como un golpe de Estado parlamentario, luego de que Federico Franco, su sucesor, le pidiera ayuda para conciliarse como nuevo presidente paraguayo con los países vecinos que cuestionan la legitimidad de la destitución.
Lugo reconoció en TV Pública Paraguay que será muy difícil que retome el poder en este período, pero consideró que en política todo es posible porque depende de la voluntad. Además, llampo a la pacificación para que se fortalezca la democracia paraguaya.
Cabe señalar que hasta el momento los países latinoamericanos, golpeados por las dictaduras en décadas pasadas, no han reconocido el nuevo gobierno de Paraguay. La Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas) calificó la destitución de Fernando Lugo como un golpe de estado, y al igual que el ex mandatario ve los acontecimientos de la finca Campos Mormbi de Curuguaty como una trampa golpista, siendo uno de los responsables la empresa Monsanto.
Cristina Fernández de Kirchner, presidente de Argentina, confirmó que lo sucedido en Paraguay es un ataque directo a las instituciones y afirmó que no va a convalidar este golpe. Una de las decisiones tomadas por el gobierno argentino es la retirada del embajador en asunción, acción seguida por Brasil y Uruguay,
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