Luego de las polémicas palabras que escribió en Critica de la Argentina sobre Susana Giménez y del gran revuleo que éstas produjeron, Fernando Peña volvió a escribir una columna para el diario dirigido por Jorge Lanata. En esta oportunidad, el actor uruguayo no criticó la educación del país pero utilizó su característico humor negro para seguir aportando desde CriticaDigital.com un grano de arena al gran debate sobre la pena de muerte en Argentina.
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Nueva columna de Fernando peña en el diario Critica de la Argentina:
Matemos a todos, matemos a los que nos hacen bien y a los que nos hacen mal, a los que hacen el bien universal y a los que hacen el mal universal. Matemos a todos los que opinan diferente y matemos a todos los que opinan igual… También matemos a todos los que opinan igual que nosotros… y por qué no también a los que opinan diferente entre ellos. Matemos a nuestros hijos cuando no entienden los deberes y matemos a nuestros hijos cuando se sacan un diez. Matemos a los vecinos, sí, sí, sí, a ellos inmediatamente, no hay nada peor que un vecino, ese sorete que no nos deja vivir solos, ese desgraciado que no nos deja pasearnos desnudos por nuestra propia casa, ese que no nos deja poner la música fuerte, el vecino es lo peor que hay, es el que compró al lado justo cuando estábamos por juntar la plata. Matemos a los porteros… Ayyyy, casi me olvido de los porteros, esos mierrrrrdas que nos odian porque quieren vivir en nuestros departamentos porque ellos viven en esas cuevas indignas en los últimos pisos. Matemos a la planta que no nos crece y que nos dice en la jeta que somos unos inútiles como jardineros, que somos incapaces de mantener una vidita verde porque no tenemos dedo verde. Matemos a las maestras jardineras, sí, sí, sí. Otro rubro insoportable, esas tilingas de mierrrrrda que usan esos guardapolvitos decorados con guardas inocentes y en el fondo son todas unas putitas, sí, sí, matémoslas a todas. Matemos a Jorge Rial también ya que estamos… Matemos a los perros porque nos dejan todo meado y cagado, y además a veces muerden, che. Matemos a los gatos porque arañan y maúllan, y matemos a los otros gatos porque nos sacan a los chongos, chicas. Es más, redoblo la propuesta, matemos a todos los que pertenezcan al rubro de la prostitución. Matemos a las mucamas por existir, además roban y son todas unas yeguas y unas negras de mierda; las señoras de Barrio Parque saben muy bien de lo que estoy hablando, ¿no es cierto, señora? Matemos a los mozos, uyyy, cómo olvidar a los mozos… Esos mierrrrrdas que nos traen todo frío y con gas cuando es sin gas y viceversa. Matemos a los de las inmobiliarias, cómo me olvidaba de esos mierrrrrdas que nos tratan de vender esos ambientes oscuros llenos de recuerdos espantosos que, además, vaya a saber uno a quién habrán matado alguna vez en esos sucuchos de mala muerte… Raza odiable de pretenciosos y mentirosos que se arrastran para vender lo invendible…
Es más, redoblo la propuesta: matemos a todos los vendedores de todos los rubros, asquerosos vendedores de puta madre, soretes, cretinos, IMBÉCILES, tontos, mierrrrrdas…
Matemos a los dealers, por supuesto, por vender caro y de la mala, matemos a los presidentes que les compran, a los gerentes, a los empleados, a las secretarias, a los taxistas… Sí, cómo me olvidaba de estos mierrrrrdas los taxistas… matemos a los kiosqueros, a los acomodadores, a los trapitos… Uyyyyy, cómo me olvidaba de estos asesinos chorros negros del orrrrrto que seguramente son los que viven en la Villa 31 y son los que están construyendo para arriba, sí, sí, sí. Esos mierrrrdas… matemos a los actores, a los escritores, a los jubilados… Ahhhhh… Cómo me olvidaba de esos viejos de porquería, soretes, mierrrrdaaas… esos que nos chantan en la cara lo que es la vejez y de lo que nos vamos a morir, esos que nos dicen con placer que nosotros también vamos a llegar, jeje, jeje, esos que se ríen así, jeje, regocijándose en que así vamos a quedar cuando lleguemos a su edad… Matemos a los médicos y a los enfermeros, a los guías de turismo, uyyyy, ayyyy, esos mierrrrdas los guías… Matemos a los gorriones, a los loros, a las palomas y a las ratas, matemos a las madres, y si son las de Plaza de Mayo, mejor; matemos a los padres y si son los de Schoklender mejor…
Redoblo la propuesta, subo la apuesta…
¡Matemos a todo el mundo! Eso, ahí esta, a todo el mundo matemos, para que voy a seguir escribiendo listas de rubros, empleos, nombres y apellidos… Matemos a todos… A todos… A vos también te van a matar, y vos matá a alguien si no, no mataste y no te van a poder matar y rematemos a Lanzavecchia así no descansa en paz, dale. Y a mí también, por favor, no se olviden de matarme a mí también… Pero para que me maten tengo que matar a alguien… ¿A quién mato? Mmmm…Ya está… Yo me encargo de Susana Giménez y que ella se encargue de Pelusa. “Peguémono’ todo’ un tiro así no quedamo’ ma’ nadie no quedamo’ y el mundo va se’ mejo’ va se’”… Como tal vez pensó Monzón cuando tiró por el balcón a la Muñiz.
Recordemos que en su primera columna, Fernando Peña tildó a Susana Giménez de fascista y derechista, así como también afirmó que ella nunca había leído un libro en su vida y que había hecho su fortuna sobre la base de un sistema capitalista sin saber quienes son Mariano Grondona ni Bernardo Neustadt.
Casualmente el día de hoy, Adrián «El Facha» Martel, quien se transformó el pasado fin de semana en víctima de la inseguridad por la que actualmente pasa nuestro país, comentó: «Hay un montón de progres que viven para la única opinión, son más fachos que los fachos, porque si no pensás como ellos te destrozan».
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me parece buena esta nota..
creo q tiene otro sentido q hay q saber interpretar! 🙂