Si bien las historias contadas por Disney suelen tener un trágico inicio, los cuentos terminan con un final feliz. Sin embargo, las historias originales en las cuales se basan tienen villanos con tintes macabros y las heroínas de las historias en algunos casos trágicos finales. A continuación mostraremos el análisis de Dross Rotzank sobre Blancanieves, La Cenicienta, La Sirenita y La Bella Durmiente entre otros.
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Cuando Disney ofrece un producto para niños, busca mantenerse en una línea que no ofenda a nadie, sin embargo en las historias en las que se basa están plagadas de asesinatos, torturas y abominaciones, muchas de ellas, no aptas para menores.
Video en YouTube de «La cruda realidad tras muchos cuentos de Disney».
En «Blancanieves y los 7 enanitos» (1937), la malvada Reina Grimhilde le encarga al cazador que le traiga el corazón de la joven. Sin embargo, en la historia original le pide que traiga su hígado y sus pulmones. Su perverso plan era cocinarlos y hacer que el rey se comiera los órganos de su propia hija sin que se diera cuenta.
En «La Bella Durmiente» (1959) de Disney, el príncipe Felipe despierta a la Princesa Aurora con un romántico beso, sin embargo en la historia original la joven encantada despierta luego de que un niño le quitara con la boca la aguja que la mantenía en triste letargo. Este niño era nada más y nada menos que uno de sus dos hijos, los cuales había tenido con un anciano rey que la había secuestrado y violado.
En «La Sirenita» (1989) de Disney, Úrsula no es tan perversa como en el cuento original. La malvada bruja accede a convertirla en mujer, pero con la condición de que cada paso que diera con pies de humano se sintiera como si le estuvieran enterrando un clavo. Ariel se las ingenia para caminar poco, pero la escena del baile es terrible para el lector. Además, el cuento termina que Eric la engaña con otra mujer, por lo que la hija de Tritón se termina suicidando. En otras versiones la Sirenita se convierte en espuma de mar al no poder conquistar al príncipe en el tiempo que le había concedido Úrsula.
Por su parte, si bien el «Pinocho» (1940) de Disney se asemeja a la historia original, se ocultó entre otra cosas que a los niños convertidos en burros se les cortaban las orejas cuando se portaban mal.
En «La Cenicienta» (1950) de Disney, el Príncipe Encantador le prueba el zapato de cristal a las hermanastras de Danielle. Disney omitió que en la historia original las hermanastras se cortan los pies con cuchillos y herramientas para que la zapatilla de cristal les entrara, cubriéndose con medias. Pero dos palomas parlantes descubrieron el truco y les arrancaron los ojos, obligándolas a vivir de vagabundas.
Aunque parezca mentira, las historias infantiles de siglos atrás solían tener estos tintes macabros, dado que los niños eran educados de manera diferente y tenían otra mentalidad.
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