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Si bien el baile del caño era algo visto como algo pecaminoso durante décadas, Tinelli logró que se instale como un verdadero deporte en la República Argentina. Hoy en día, muchas mujeres desean practicar esta disciplina y dejan de llamarla por su nombre vulgar para llamarla por su nombre técnico, pole dance.
Varios gimnasios, estudios de danzas y academias instalaron la barra como un elemento más del establecimiento para dar clases en las que se conjuga entrenamiento físico y diversión, lo cual atrae a más de una mujer.
«Para mí, cada clase es como una inyección de autoestima, me hace mejor que un mes de terapia. Me siento linda, me divierto, me rebelo…», dice Marcela, abogada, ama de casa, y aclara que nació hace 53 años, pesa 67 kilos y no es stripper ni quiere serlo. «Tengo celulitis y la flaccidez de quien fue madre tres veces y pasa horas en la oficina. Pero me siento una diosa y me río como jamás lo había hecho. ¿Mi marido? Aprendió a bancársela, pero no se lo cuenta a nadie porque dice que es de gato. Sólo por él reservá mi nombre».
Este testimonio de Marcela se repite en muchas mujeres que toman clases de pole dance, obviamente ellas no tienen medidas perfectas ni mucho menos sino que son mujeres comunes y corrientes que gozan con el hecho de poder divertirse aprendiendo un nuevo baile y sintiendo que son atractivas.
Recordemos que debido al auge de este baile, próximamente se realizará el concurso Miss Pole Argentina 2008, cuya principal figura es Pia Pecora, profesora de esta disciplina en la escuela de Moria Casan y ex coach de «Bailando».
Como si esto fuera poco, el baile del caño llegó a MercadoLibre.com.ar. Allí se pueden encontrar personas que ofrecen clases, shows para fiestas e incluso la venta de la barra.
Fuente: Clarín
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