Debido a la crisis del campo que ha golpeado a nuestro país durante los últimos tres meses, nuestra sociedad se encuentra invadida por una profunda incertidumbre respecto del futuro que nos depara. La diva de los almuerzos, la Sra. Mirtha Legrand, no quiso dejar a su audiencia fuera del conflicto y con su estilo incisivo y frontal pretende ocupar un espacio que antes ocupaban prestigiosos programas de actualidad política.
Add Normal tras corte
Como prueba de ello, el pasado lunes la actriz y conductora, junto con su producción, tenían pensado repetir un programa emitido con anterioridad debido a que, por el feriado del veinte de junio trasladado para ese día, la señora había planeado un viaje de placer para descansar. Pero debido a la realidad actual que golpea a nuestras puertas en el momento menos esperado, y con un olfato político envidiable, Mirtha decidió a último momento dejar su descanso de lado y brindarle a su público un programa enteramente político en el que por momentos se vivieron fuertes cruces entre los integrantes de la mesa.
Almorzando con Mirtha Legrand
Lejos del glamour y la frivolidad que durante años han teñido los mediodías de la televisión argentina, nuestra reina madre hoy se muestra segura y poco complaciente a la hora de preguntar «lo que la gente quiere saber», y ha sabido, como pocos, convertirse en una periodista de raza digna de imitar. Sin dejar de lado su cordialidad y delicadeza, las preguntas de la señora, a decir verdad, meten miedo, y mucho. Pocos quisieran estar en el lugar de los políticos que se sientan a su mesa y pocos se animan a preguntar de la manera que con los años se ha animado Mirtha.
La Chiqui Legrand, creadora de un estilo de televisión, algunas veces censurada y muchas veces criticada, ha tenido la capacidad y el talento de reinventarse y permanecer vigente aún después de cuarenta años de almuerzos. Cada día más comprometida con la realidad de su país, cuando las circunstancias lo ameritan, sabe dejar el espectáculo de lado para cumplir como nadie en la televisión de aire actual el rol de periodista, para un público poco politizado decidido a escuchar lo que ellos mismos quisieran preguntar.
Por Alejandro Manniello
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