Un 22 de noviembre, pero de 1955, un comando al mando del teniente coronel Carlos de Moori Koening secuestraba el cuerpo de María Eva Duarte de Perón que se encontraba en la CGT. La orden había sido dada por el dictador General Pedro Eugenio Aramburu. En Milán, Italia, fue enterrada bajo el nombre de María Maggi de Magistris para ser desenterrado en 1971 y entregado a Juan Domingo Perón en Madrid. Finalmente, en 1974 fue traído a la Argentina y en 1976 entregado a su familia, que dispuso que fuera enterrada en la bóveda familiar del Cementerio de la Recoleta.
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Evita moría víctima de un cáncer de cuello uterino el 26 de julio de 1952, dejando una enorme herida en el gobierno de Perón y el pueblo argentino.
La CGT declaró tres días de paro y el gobierno un duelo nacional de 30 días. Evita fue velada en la Secretaría de Trabajo y Previsión hasta el 9 de agosto. Su cuerpo fue embalsamado y mantenido en exposición en la Confederación General del Trabajo.
El gobierno había empezado las obras del Monumento al Descamisado, para que este fuera su tumba definitiva, pero el 23 de septiembre de 1955 la Revolución Libertadora derrocó a Juan Domingo Perón y su cadáver fue secuestrado el 22 de noviembre, desapareciendo su cuerpo durante 14 años.
Por orden del presidnet defacto Pedro Eugenio Aramburu, la noche del 22 de noviembre de 1955, un comando al mando del teniente coronel Carlos de Moori Koenig secuestró el cuerpo de María Eva Duarte de Perón. Moori lo puso dentro de una camioneta, donde permaneció por varios meses estacionada en distintas calles de Buenos Aires, la casa de un militar y depósitos varios, hasta que dejó el féretro de pie en su oficina. La cineasta María Luisa Bemberg vio el cadáver en esas circunstancias.
Luego Aramburu destituyó a Koenig, y le encomendó al Coronel Héctor Cabanillas que los sepultara clandestinamente. Alejandro Agustín Lanusse inició la «Operación Traslado» con la ayuda del sacerdote Francisco «Paco» Rotger, quien obtuvo la complicidad de la Iglesia a través del Padre Giovanni Penco y el Papa Pío XII.
El 23 de abril de 1957, el cuerpo de Evita fue trasladado secretamente en el barco Conté Biancamano a Génova, Italia, en un ataúd bajo el nombre de María Maggi de Magistris, y fue sepultado en la tumba 41 del campo 86 del Cementerio Mayor de Milán. Algunas versiones aseguran que los militares hicieron tres copias de cera de Evita y fueron mandado a cementerios de Bélgica y Alemania Occidental.
Los Montoneros secuestraron a Aramburu en 1970, exigiendo entre varias cosas que aparezca el cadáver de Eva Duarte. Cabanillas se dispuso a traerlo, pero Aramburu fue asesinado.
En septiembre de 1971, el dictador General Lanusse ordenó organizar el «Operativo Retorno», por lo que el cuerpo fue desenterrado de la tumba clandestina y devuelto a Juan Domingo Perón en Puerta de Hierro, Madrid, España. Si bien el cuerpo estaba en condiciones generales buenas, le faltaba un dedo y tenía un leve aplastamiento en la nariz.
En 1973, con el regreso de la democracia, Juan Domingo Perón vuelve a la Argentina. En 1974, con Perón ya muerto, María Estela Martínez de Perón decidió traer el cuerpo de Eva a la Argentina y lo ubicó temporalmente en la Quinta Presidencial. La idea de Isabelita era que el cadáver descansara permanentemente en el Altar de la Patria, un gigantesco mausoleo proyectado para albergar los resto del ex presidente junto a Evita y los próceres nacionales.
Finalmente, en 1976, la dictadura militar que tomó el gobierno el 24 de marzo, entregó el cuerpo de Evita a la familia Duarte, la cual decidió enterrarla en la bóveda familiar del Cementerio de la Recoleta en Buenos Aires..
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